MAWI

¡Hola!

Soy Mawi.

Eva me eligió así con muchos colores porque no sabía por cuál decidirse ¡le gustaban casi todos!, y se dio cuenta de que no tenía por qué elegir: que las personas somos de diversas maneras, y todas están bien. En la aceptación de la diversidad está una de las claves importantes del bienestar… así que ¡eso represento yo, la diversidad!

Las niñas y los niños me utilizan como necesitan ¡Menudos tutes de palizas que me llevo a diario! Todavía me acuerdo hace un año (porque ya he cumplido un año!!!), cuando vino el primer niño que me cogió para jugar, me daba unos puñetazos asombrosos y me lanzada por los aires… así durante una sesión y otra, y muchas más… hasta que empecé a descoserme.

Vinieron más niñ@s así, que necesitaban golpearme y lo hacían y les sentaba de maravilla, hasta que un día Eva trajo agujas e hilo y me arreglaron. Aquel niño que me cosió con Eva dijo que le estaba encantando hacerlo ¡Menos mal, porque si después de las palizas que me dio, que hasta me operó y me metió tripas nuevas dentro y me rompio la nariz y la pegó con cinta de carrocero, me hubiera dejado así…yo no sé qué habría sido de mí 🙂”

Mawi ha cumplido un año.

Mawi es mi coterapeuta, elegido y muy a conciencia.

Decidí hacerme este maravilloso regalo a principios del 2024.

ORIGEN

Cuando hace años hice la formación en Umayquipa (Madrid) no pude permitirme económicamente tener uno y llevaba desde entonces con la ilusión de encargárselo algún día a Ysabel Izquierdo, que es quien crea estas maravillas.

En aquella época, decidí apañarme con un oso gigante que llevó la compañera que compartía conmigo el despacho, al que un niño bautizó con el nombre de Guachi.

NOMBRE

Elegí el nombre MAWI en honor a Mary Ainsworth y Winnicot por sus estudios, investigaciones y aportaciones al mundo de la Psicoterapia infantil y los vínculos, un tema muy importante para mí, ya que el tema del vínculo me apasiona y siempre he querido y sigo queriendo profundizar en ello.

Creo que el vínculo es precisamente lo que sana, aunque haya de estar sostenido por los conocimientos y un acompañamiento sólido de las y los terapeutas.

¿CUÁL ES EL GÉNERO DE MAWI?

Masculino para un@s, femenino para otras personas, según la necesidad.

COLORES/ASPECTO DE MAWI

Mawi es multicolor porque, después de darle muchas vueltas al color que quería para él/ella, me di cuenta de que necesitaba que fuera de muchos colores, como símbolo de la integración de las diferencias. Quise elegirlo así para apoyar que las diferencias sumen y todas las personas, seamos como seamos, podamos ejercer el derecho a tener nuestro lugar en el mundo.

Estamos hechos de trocitos de diversas experiencias y vivencias. Y eso representa también Mawi, con él no quise tener que elegir un color.

PROCESO DE CREACIÓN Y NACIMIENTO DE MAWI

El parto de Mawi fue difícil -según me dijo su creadora- como mi propio nacimiento. Me dijo Ysabel cuando me lo contó, que la manera cómo es el proceso de creación de cada coterapeuta que hace, suele tener sentido dentro del contexto de la persona que se los encarga. Y sí, esto tiene bastante sentido en mi vida.

¿CÓMO FUE EL ESTRENO DE MAWI?

Durante su primera sesión, fue lanzado por los aires y recibió una paliza descomunal de un niño que lo necesitaba mucho. MAWI ha hecho un trabajo impresionante en esta temporada. Después de los descansos de las vacaciones, se va recuperando ¡y seguimos reparándolo!

¿Y CUÁL ES SU FUNCIÓN?

Mawi es un acompañante, un amig@, también es alguien sobre quien descargar la rabia. Y esta última es la función que más cumple hasta el momento. Mawi se deja hacer, con ella/él es posible casi cualquier cosa. 

Si lo rompemos, lo reparamos, si lo ensuciamos lo limpiamos. Cumple tanto la función de objeto de descarga como de ser a quien hay que reparar por el daño hecho (como en la vida). Su uso y su acompañamiento es terapéutico y esta es la función de Mawi: acompañar en el proceso terapéutico ¿No es maravilloso?

Mawi es alguien que ocupa un lugar intermedio entre el niño o la niña y yo, alguien más cercano en edad, tiene ese aire infantil con el que las niñas y los niños conectan de forma inmediata. Se vinculan con él, lo achuchan, lo usan de almohada, para hacerse una camita…es suave y blandito, y ¡les encanta!

Gracias Ysabel por crear a Mawi, y gracias Loretta Cornejo y Umayquipa por presentarnos esta posibilidad en la formación. 

Hoy me siento feliz de haber podido materializar mi deseo y de tener a Mawi por fin conmigo  ¡Por muchos años de aprendizaje y acompañamientos junt@s!

De Reyes Magos, ilusión, magia y crianza

Tres reflexiones y una invitación

El ser madre nos trae la posibilidad de vivir un aprendizaje continuo y vivo, al ser algo que está en transformación y un proceso que -esperamos- ocurre a lo largo de muchos años.

El tema de los Reyes Magos está siendo un ejemplo de esto para mí, y en base a mi experiencia como madre y también a lo que he vivido y he observado durante años en mi entorno -más y menos cercano-, hoy te traigo algunas reflexiones a modo de post  Por cierto: ¡me alegro mucho de estar inaugurando esta nueva etapa de publicaciones en el blog! Tenía ganas de hacerlo desde hace mucho tiempo.

Bien, pues a lo que iba: el tema de los Reyes Magos es algo vivo y despierto en mi, como tantos temas en la maternidad y en la vida.

Siempre tuve claro que si algún día fuera madre, querría evitar «engañar» a mis hij@s con este tema, que les contaría la verdad sobre el asunto de los Reyes Magos. Y así fue: desde que mi hijo empezó a crecer, en casa le contamos la realidad tal cual es, que los regalos de Navidad los hacemos nosotr@s y que es una tradición que seguimos de unos personajes que cuenta la historia que algún día existieron… Algo así.

Hasta los 5 años lo que ocurrió fue que básicamente estuvimos en pelea con el entorno, sobre todo el más cercano, que no entendían ni apoyaban nuestra manera de enfocar este tema. Algunas discusiones familiares algo duras surgieron durante estos años. Incomprensión por choque de enfoques. 

Así estuvimos hasta los 6 años. Lo que sucedió en este momento fue que junto a  la escolarización de nuestro hijo, vino el informar al colegio de cuál era nuestra visión de este asunto. Esto vino acompañado de rodear a nuestro hijo de fantasía sobre este asunto, ya q tod@s sus compañer@s del colegio hablaban de Olentzero. papa Noel y los Reyes Magos como si fuera una realidad más palpable que cualquier ser terrenal. Y él entró ahí también. Yo ese año intenté reforzar la base que habíamos puesto y, aunque percibí cierto malestar en él, ahí quedó la cosa.

El año pasado y cuando nuestro hijo cumplió 7 años, le dije que recordara que Papá Noel era sólo un personaje y que los regalos los hacíamos nosotr@s. Su respuesta fue tan clara que no me dejó lugar a dudas sobre lo que él necesitaba. Me dijo: «Mamá, si me dices eso me quitas la ilusión». Para mí fue clave escucharle esto. Siempre he intentado acompañarle mirándole y escuchándole, para atender a lo que percibo que necesita, y así lo hice también esta vez. 

Comparto aquí algunas reflexiones en base a este proceso que estoy viviendo y que reconozco que me remueve cada vez que llega el momento de afrontarlo. Me remueve porque mi padre nos dijo a mí y a mis hermanos desde pequeñ@s cuál era «la verdad» sobre este asunto, y para mí fue doloroso y aún lo recuerdo con un pellizco de tristeza y dolor en el estómago. Y escuchando recientemente a otras personas compartir sus experiencias me he dado cuenta de algunas cosas también.

Te comparto mis reflexiones, por pueden servirte a tí también:

  1. No hay una opción mejor que otra en el enfoque que darle a este asunto de los Reyes Magos. Todas las opciones son valiosas y respetables.
  1. La crianza es algo vivo, y también lo es en este asunto de los Reyes Magos. Lo que nos vale para hoy, quizás mañana se quede obsoleto.
  1. Sobre la magia y la ilusión, quizás sean conceptos diferentes: todos tenemos derecho a que se respete nuestra ilusión, y si nuestr@ hij@ nos dice que le dejemos mantener esa ilusión ¿por qué no respetárselo? Sobre la magia, pues es verdad que la magia puede estar presente de cualquier manera, les contemos la versión que sea. La magia ES.

Nos invito a quienes estamos entregad@s a la crianza a que dejemos de pelear por quién tiene la razón: si es lo mejor contarles a l@s niñ@s quiénes son los Reyes Magos o no. Dejemos de atacar a las demás personas por sus opciones personales, maneras de pensar y enfocar este asunto. Nos invito a centrarnos en qué nos está pasando dentro a cada un@, ya que lo que en realidad puede estar pasando es que este tema de los Reyes Magos esté removiendo heridas que traemos de la infancia.

Espero y confío en que mi vivencia y estas reflexiones puedan aportar algo de luz y serenidad en relación a un tema que despierta situaciones desagradables y de conflicto.

Gracias por la confianza y por querer ser parte de mi mundo al haber llegado hasta aquí en tu lectura. Estaré encantada de recibir tus feedbacks y comentarios, siempre desde el respeto y la intención de sumar y aportar. Esa es mi intención también y es lo que pretendo fomentar en este espacio.

¡Hasta pronto!

Eva

SOY EL SUEÑO QUE HAS TENIDO ESTA NOCHE…

Hola, Eva:

Soy el sueño que has tenido esta noche, y vengo a contarte.

Soy el miedo que has vivido en tu vida.

Soy tu padre, el alcohol, las drogas, el abuso con el dinero, el maltrato.

Soy Xxxxxx  y su familia, la decepción contigo.

Soy el maltrato.

Soy tu madre y su pánico, su dolor, su huida.

Soy tu Niña herida.

Soy la vergüenza y la sensación de tener que esconderte siempre.

Soy la barbaridad, los hombres de tu vida, el desahucio, la bondad y la pena.

Soy el dinero manchado de suciedad y de culpa.

Soy la “justicia” corrupta que lleva a mentir, a huir.

Soy tu hijo, soy la fragilidad, soy el miedo que él podría vivir si no le dejan estar contigo.

Soy el miedo de l@s niñ@s, la pena, el dolor por la separación de su madre y su padre. Soy su ruptura, su vida marcada, su mundo partido en dos.

Soy la policía, que busca y condena a quien no tiene que condenar a veces.

Soy tu inocencia, tu lucha, tu huida y tu necesidad de soltar y de incluso tirar la toalla a veces.

Soy quien eres, y quizá -sólo quizá, no lo sé- quien no eres a veces.

Soy tu descubrirte, tu “desnudarte” en las redes sociales . Soy como te sientes cuando te expones tanto.

Soy tu falta de valoración, soy como te sientes en el fondo cuando tu vida es fácil y no te lo crees… y vuelves a tus orígenes a recordar el horror que viviste, la guerra hecha de miles de batallas: es como si lo que estás viviendo ahora fuera alguna batalla que quedó pendiente.

Llora, Niña, llora todo el horror que tú viviste: tus miedos. Veo esos ojos abiertos de para en par observando el sueño de esta noche como observabas la vida sin entenderla. Llora…

Muéstrate. Muéstralo al mundo. Abre las puertas de par en par para que la casa se ventile. Rómpete de dolor si hace falta como (hacías) antes. Comprende que soy tu sueñu y he venido a acompañarte a dar un paso más, a sanar.

Estás muy asustada, lo sé: tu padre violento con esos ojos desencajados por la locura y el alcohol. Ningún/a niñ@ tendría ni tiene que vivir eso, sé que da mucho miedo y el miedo que viviste aún está presente en ti.

Eres una mujer sana. Confío en ti. Vuelve a sentir y a soltar tu dolor como tantas veces hiciste y déjalo ir. Se dice fácil, lo sé.

Te traigo las ganas de volver a conectar y reabrirte al mundo.

La barbaridad y la huida son esta vez tu motor.

Los hombres que se interesan por ti y por tu madre. La pena y las ganas de ayudar.

Su huída por supervivencia, la tuya como hija acompañándole a ella y a ti también.

Comprende que este viaje tiene un sentido profundo e intégralo.

El dolor de tu madre por todo lo que vivió. Habla por ella, protégela. Ella no se puede proteger, ya no. Cuídala tú ahora a ella, ámala como es, quiérela, protégela.

Soy la barbaridad y el dolor que vivisteis tú y tu familia; hónralo, compréndelo, atraviésalo. Estamos aquí para sanar. Trasciende todo esto. Compréndelo. Este es tu viaje hacia la comprensión y la integración de lo que pasó.

Todo lo que estás viviendo está puesto para sanar. Mira lo que puedes hacer para ello. No lo dejes estar.

Sé guía y acompañante también.

Agradece y agradécete también.

Todo está aquí puesto para sanar. Compréndelo.

PARTES DEL SUEÑO:

  • La policía: Soy la justicia. Traigo a la conciencia de Eva algo sucio y malo, algo de aprovechamiento y abuso. Traigo la necesidad de justicia: de poner orden en el tema del dinero, restablecer algo que está desequilibrado.
  • Xxxxxx y su familia: represento el puente hacia una vida mejor, del que Eva se ha bajado como un guerrero que va a luchar su batalla, el infierno, el horror.
  • Soy la guerra, la batalla, el horror: como en el viaje de la heroína, que hace falta vivir esto para continuar el camino. Soy los infiernos a los que a veces hay que bajar para luego volver a subir.
  • El dinero: te traigo a la conciencia que hay algo de utilizarme de manera sucia y la necesidad de limpiar (me). Busca limpiar tu relación conmigo, hacerte cargo de ti a través de cómo me utilizas, deja de gastarme con poca conciencia, tú sabes hacerlo, sabes ponerte a trabajar la relación conmigo, limpiar, decidir qué relación quieres tener, escribirla, hacer un plan sagrado conmigo: desde la ABUNDANCIA, respetándome sin derrochar. Cuida mi energía, la energía que te traigo, respétala, respeta que SOY. Soy en ti, a través tuya. Soy. Cuídame. Haz un plan conmigo y resérvame. Sé conservadora conmigo en tu día a día.
  • Soy la Eva guerrera que vive en ti: te necesitaba en esta ocasión y se te ha pedido que estés. Lo has hecho bien, alégrate, disfruta la satisfacción de lo que está bien hecho. Has respondido, lo has hecho bien. Termina tu parte y sigue adelante tu camino, todo está bien. Honra a tu madre, haz lo que puedas hacer por ella y confía en que las cosas van a ir bien.

Confía en ti, en tu PODER, lo estás haciendo bien.

  • Tu PADRE: el maltrato, la locura, el alcohol. El infierno que viviste, te traigo el recordatorio de lo que viviste y lo que fue y la necesidad de volver ahí para hacer una parada y resolver para sanar. Te traigo a la conciencia también que ya no estás ahí.
  • Los hombres y la decepción. También los hombres y su bondad: el hombre bondadoso que va a pagar los gastos de tu madre y tuyos para que esa noche podáis dormir en un hotel.
  • El momento del policía subido en una grada denunciándote con un altavoz, se te presenta en el sueño el uso del dinero como algo sucio, inadecuado, peligroso, poco acertado, injusto.

COMPRÉNDELO, INTÉGRALO Y SUÉLTALO

Sigue tu camino en PAZ

Paloma con relleno sólido

CONFÍA

Yo voy conmigo

Dos cosas que aprendí en mi viaje a África

Hay un cuento que me gusta mucho – escrito por Raquel Díaz Reguera- que se titula Yo voy conmigo. Cuenta la importancia de ser nosotr@s mism@s en la vida, y lo que pasa cuando nos amoldamos a otr@s.

¿Alguna vez te ha pasado que viste que podías hacer realidad tu sueño, te lanzaste a ello con unas expectativas muy altas… y descubriste que la realidad era distinta a lo que imaginaste? ¿Tiendes a crearte expectativas muy elevadas cuando sueñas con algo que te gustaría para tu vida?

¿Te imaginas situaciones, relaciones, eventos… tan ideales que cuando llega el momento de vivirlas la decepción acude en tu compañía?

En julio de 2008 decidí dedicar mis vacaciones a realizar el que era uno de los grandes sueños de mi vida. Con pocos recursos, pude preparar todo y -con ayuda de mi parte tenaz- conseguí marcharme en un viaje organizado como cooperante, que en aquel momento me ilusionaba un montón.

Preparé maleta, vacunas y todo lo necesario para un viaje de estas características: íbamos a estar un mes en Benín, un país de África, de los que tres semanas estaríamos en un megacampamento con niñ@s de todas las edades, y la última semana iríamos a hacer turismo por el país.

Llena de ilusión, fuerza y ganas, partí rumbo al aeropuerto.

Mi relación de pareja de aquel momento hacía aguas -afortunadamente-. Me fui con una frase de él retumbando en mi cabeza y en mi corazón. Sus palabras fueron exactamente: «Si te vas, alomejor cuando vuelvas te encuentras las maletas en la puerta». Tal era su nivel de desconexión con él mismo, que esa era su manera de decirme el miedo que sentía con que me fuera; no pudo hablar de sus miedos, en lugar de eso, dijo aquellas palabras crueles. Eso da, sin duda, para escribir otro post acerca de cómo no expresamos lo que realmente nos está pasando dentro de nosotr@s y el daño que nos hacemos y hacemos con eso. Pero ese es otro tema. Me fui con mi maleta y la certeza de que aquella relación se había terminado, y que no sabía qué haría con mi vida cuando volviera… Supongo que eso pudo influir en que pusiera aún más expectativas en África: en ese momento de mi vida, era todo lo que tenía.

Me marché al aeropuerto, perdí el vuelo, conseguí una nueva plaza en el siguiente vuelo pagando un recargo de casi 200 euros, que se sumaban a los más de 1500 euros que me gasté en el vuelo de ida y vuelta. Llegué a Casablanca y conseguí reunirme con l@s demás compañer@s que iban a estar conmigo en aquella aventura. ¡Quién nos iba a decir en aquel momento lo que nos faltaba por vivir y compartir!

Llegamos por la noche a Cotonou, una ciudad que pintaba más bien peligrosa a aquellas horas. Después  de dormir, nos llevaron al Centro de niñ@s en el que comenzaría nuestra aventura con aquellos pequeños que iban a ser sin duda lo mejor del viaje.

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De los días en Grand Popó -la casa en la playa en la que estuvimos conviviendo con l@s niñ@s y l@s educadores- recuerdo muchas cosas, y hoy quiero compartir contigo algunas de ellas:

? Tengo grabada la imagen del cielo color miel, espléndido e incomparable a ningún otro que haya contemplado hasta este momento.

? Recuerdo las sonrisas, la búsqueda de afecto de l@s niñ@s a través de un contacto desesperado, que hablaba de su necesidad y su herida de abandono. Conocí la dificultad en aquellas personas para contactar con las heridas, esa sonrisa permanente y lo que entendí que era la negación de la tristeza.

? Recuerdo y agradezco los mangos jugosos y deliciosos que comíamos a diario.

? Recuerdo el sonido penetrante de las olas con la inmensa fuerza del mar, ese mar salvaje y libre en el que no querían bañarse l@s lugareñ@s, el miedo de Antoinette, que me contó (o eso le entendí) que no lo hacían por una antigua tradición que les prohibía bañarse en el mar, recuerdo su expresión de deseo de bañarse cada vez que lo hacíamos el grupo de cooperantes, y recuerdo aquel momento mágico en el que nos cogimos tod@s de la mano y corrimos mar adentro, disfrutando de la felicidad y la satisfacción de aquel baño.

? Recuerdo el gran corro de niñ@s bailando y cantando, la sensación de ser parte de aquello tan grande y tan maravilloso, allí las pesonas están continuamente en tribu.

? Recuerdo los olores , los mercados, la gente, las ropas de múltiples colores y dibujos llamativos.

? Recuerdo las actividades de por la mañana, los madrugones a las 6 sin casi haber dormido para ir con l@s niñ@s a hacer deporte; recuerdo odiar aquel momento, sentir mi cuerpo debilitándose un poquito más cada día, los mosquitos y el olor a citronella, la sensación de frialdad que me provocaba escalofríos en la ducha, el agradecimiento a pesar del frío cada vez que me duchaba.

? Recuerdo echar de menos a mis amigas, estar incomunicada hasta que nos dejaron un teléfono compartido. Recuerdo haber llegado a pensar, y hace poco mi diario de África me recordó que también lo escribí, qué hacía yo allí, debilitándome, sintiéndome sola a pesar de la gran tribu, y echando de menos a las personas que eran verdaderamente importantes en mi vida y que me querían.

? Lo que recuerdo con más dolor de lo que viví en aquel viaje, y que traigo hoy aquí como aprendizaje con el deseo de que pueda servirle a alguien más, es la incomunicación que llegué a sentir con algunas personas adultas. Recuerdo haber sentido, – y aún puedo revivirlo- muchísima impotencia, ganas de gritar, de poder hablar y hacerme entender…incomprensión. Había sangre, suciedad y sangre en los baños comunes de l@s niñ@s, había un niño que tenía sida. Hablamos entre el grupo de cooperantes de la posibilidad de comunicar este tema en la siguiente reunión con el equipo, insistiendo en la importancia de la higiene y la necesidad de organizarnos con las tareas de limpieza para limpiar esos baños que podían ser fuente de infecciones y contagios para l@s niñ@s. Allí fue donde hoy siento que me equivoqué; yo no sabía hablar un idioma común con las personas de allí, y aún así me lancé a pedir ayuda con la traducción a mis compañer@s: expresé lo que pensaba sobre la importancia de la higiene, y me atreví a lanzar una propuesta sobre la posibilidad de hacer turnos entre tod@s, o ver cómo podíamos hacerlo, para mantener limpios aquellos baños que estaban siempre con suciedad y sangre. Nadie apoyó el mensaje. Se hizo un silencio cargado de tensión en el ambiente, y me quedé sola. ¿Conocéis esa sensación de soledad profunda, de incomprensión y de incomunicación? Eso sentí en aquel momento, y muchas veces en lo que duró el viaje. No juzgo a mis compañer@s, hoy comprendo que hicieron lo mejor para ell@s, supieron cuidarse y yo no. Me hubiera gustado desaparecer, huir de allí… No sé qué haría ahora, puede ser que me hubiera ido. Ni siquiera me lo planteé, creo que me sentía tan vulnerable en aquel momento que ni se me ocurrió que podría ser capaz de marcharme sola y llegar a un buen lugar. Me quedé.

De aquellos días, nacieron vínculos que a día de hoy están vivos, volvería a ir sin dudarlo sólo por conocer a esas personas. Aunque para mí fue horrible vivir esa experiencia, me conectó de lleno con mi herida de rechazo, de soledad… Abandono, abandono…resuena en mi mente.

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Sucedieron muchas cosas más en mi viaje a Africa de julio de 2008, aunque hoy quiero contaros mis dos grandes aprendizajes de aquel mes:

1. Te animo a poner atención a las EXPECTATIVAS cuando sueñas con un proyecto ?:

Cuando ponemos expectativas en aquello que queremos «conseguir», bien sea un sueño, una relación…. idealizamos y nos olvidamos de que todo y tod@s tenemos luces y sombras; en realidad, nos estamos olvidando de nosotr@s, de que cuando llegue ese momento, persona o relación, estaremos de una u otra manera dependiendo de nuestro estado emocional y de lo que nos pase con lo que vayamos viviendo, de nuestras heridas… De ahí la importancia de Yo voy conmigo.

Es importante que incorporemos las luces y las sombras, ya que en la vida están ambas de la mano: nos hace falta la sombra para valorar y reconocer la luz,  vivimos en la dualidad. Así que nada, por maravilloso que lo imaginemos, es tan ideal como lo soñamos, tal vez porque necesitamos aprender de esas vivencias que a veces nos resultan incómodas.

2. Lo más valioso que podemos hacer por nosotr@s mism@s es ACOMPAÑARNOS ?:

Es muy posible que si yo no hubiera tenido una herida de abandono como la que tenía en aquel momento, no me habría metido en algunas situaciones. Me habría cuidado mucho más, de eso estoy segura.

Si tienes una herida emocional (en mi caso de abandono, por ejemplo), has de saber que con eso tienes una vulnerabilidad, y que vas a necesitar acompañarte. No te recomiendo que pretendas ser la persona que no eres, sino que siendo tú mism@, busques maneras lo más amorosas posible para acompañarte. En mi caso, por ejemplo, sé que si vuelvo a viajar África como colaboradora en proyectos -como siento que es en parte mi misión- lo haré en otras condiciones, cuidándome más esta vez; por lo menos, voy a poner la intención ahí: este próximo curso pienso apuntarme a inglés, por ejemplo, porque sé que eso me ayudará a estar en un lugar de menos inseguridad, o al menos lo hago con esa intención.

Y hoy, cuando visualizo mi misión y desde mi corazón vienen las imágenes de mí en África con l@s niñ@s, sé que no todo es maravilloso, que los sueños vienen acompañados de momentos difíciles, y que no voy a volver pasando por encima de mí misma; que si vuelvo, lo haré cuidándome mucho más. Porque ahora, afortunadamente, voy aprendiendo a cuidar mucho más de mi niña que se sintió abandonada, y aunque la herida siga estando ahí, voy aprendiendo a acompañarme y acompañarla cada día mejor.

Desde entonces, mi camino de vida está muy enfocado en aprender a cuidar de mí, a tenerme en cuenta, descubrir y aprender a respetar cuáles son mis necesidades. Yo voy conmigo, aunque muchas veces todavía olvido cómo hacerlo. Y desde aquí, nace de un lugar muy profundo en mi interior, el querer acompañar a otras personas en sus caminos de vida, en poder descubrirse, aprender a amarse, y desde aquí acompaño a l@s niñ@s y a las familias a comprenderse mejor, para lograr crear vínculos sanos, para que cuando sean adult@s no necesiten aprender a manejar y/o curar sus heridas de abandono.

Y tú ¿tienes alguna experiencia que te resuene con lo que comparto aquí? Te invito a compartir 🙂

¡Estaré encantada de leerte!

 

Pareja y crianza. Claves para mejorar la comunicación y fortalecer la relación de pareja

Es la 1:00 de la madrugada de un domingo. Joaquín y Elena acaban de tener una conversación de más de una hora, de aquellas conversaciones en las que se pierde la noción del tiempo, de aquellas que tenían a menudo tiempo atrás…

Hace exactamente tres años y ocho meses que nació su hijo, Elías. Y hace un mes más o menos, que Joaquín y Elena no intercambian más que las palabras necesarias para organizar su día a día, su logística familiar.

A menudo, Elena llora en momentos fugaces la angustia de tantas cosas que han cambiado en su vida, la desesperación de no poder descansar para sentirse mejor, de no saber cómo manejar algunas situaciones con su pequeño Elías – que está en plena etapa de rabietas–, y muchas con el entorno, que ningunea a las madres y se mete e invade lo que para ella es su intimidad y la de su familia: darle comida de cualquier tipo al niño sin respetar las decisiones de ell@s, preguntar y opinar sobre si el niño tiene que ir al colegio, limitarle continuamente cuando ella se esfuerza a diario en hacer su trabajo interior para evitar cargar a su hijo con miedos innecesarios. Elena está cansada.

Joaquín se levanta a las 7 de la mañana todos los días para ir a trabajar. La conversación que acaban de tener Elena y él, le supone dormir menos de lo que su cuerpo necesita para rendir en su trabajo. Sabe que es necesario comunicarse con su pareja y por eso esta noche se ha quedado despierto más tiempo, aunque se agobia pensando en la acumulación de cansancio que esto le va a suponer en la semana que comienza. Joaquín no reconoce a veces a su pareja en Elena; aquella chica dulce, tierna y comprensiva se transforma a menudo en una mujer malhumorada y quejosa.

Es difícil reencontrarse cuando muchas veces ni siquiera ell@s dos se reconocen ni se pueden sentir en su cuerpo, en su piel. No saben quiénes son. Y tienen a un pequeño ser que les reclama atención 24horas al día y que no se conforma con algo mediocre; exige con vehemencia la mejor versión disponible de su madre y su padre.

¿Cómo se puede crecer en esta situación? ¿Cómo podemos dar nuestra mejor versión cuando el día a día como madres y padres tiene un alto componente de estrés, nos sentimos poco acompañad@s, poco apoyad@s, poco validad@s por el entorno en nuestra manera de criar?

¿Cómo mantener viva la relación de pareja, cuando los espacios de compartir y disfrutar junt@s apenas existen?

¿Cómo recuperarnos cómo pareja, si ahora somos siempre tres?

Puede que te sientas identificad@ con esta situación, o te resuene algo. Si es así, sé que es angustioso pasar por ahí, sé cómo te sientes y que a veces puede parecerte un callejón sin salida.

Os dicen que tenéis que coger espacios para cuidar la relación, y ves que tu logística familiar no lo permite. Y te sientes más frustrad@, porque las posibles ideas que te aportan como soluciones, para vosotr@s no lo son.

Hay un camino que conozco para mejorar esta situación. Bueno, dos:

– Uno es pensar y saber que esta es una situación temporal, que pasará. Por largos que se nos hagan los días, llega un momento en el que l@s hij@s crecen y empiezan a ser más autónomos y a querer tener espacios independientes de nosotr@s, las madres y los padres. Cuando llegue ese momento, podremos – y seguramente necesitaremos- volver a ocuparnos de la relación de pareja.

– El otro camino es el que estoy explorando con esperanza y confiando en que sea el más acertado; es el camino del corazón: aprender – ahora más que nunca–a comunicarnos desde dentro ¿Y cómo se hace esto?

1. Podemos expresar lo que sentimos, y eso implica sacar y mostrar nuestro enfado al otro algunas veces, aunque eso no justifica que nos hagamos daño diciéndonos cualquier cosa. Es importante poner límite a las faltas de respeto, a cualquier tipo de violencia. Para eso, vamos a necesitar aprender recursos para descargar nuestra ira de maneras sanas, sin hacer daño a nadie.

2. Vamos a hablar con mensajes yo:_Os invito a comenzar la frases diciendo «Yo me siento….», «Necesito que tú…». Si aprendemos a evitar los ataques hacia nuestra pareja, tenemos un gran camino recorrido.

3. Vamos a darnos cuenta de lo que proyectamos en el/la otr@ : la gran mayoría de las veces, cuando atribuimos un comportamiento, un pensamiento o un sentimiento a otra persona, en realidad son nuestros. Empezar a apropiarnos de lo nuestro, puede ser un paso gigante para el bienestar de la relación.

4. Finalmente, cuando conseguimos expresar cómo nos sentimos con una coherencia y la profundidad de la intimidad sincera, nos estamos acercando emocional y afectivamente. Y de eso se trata, porque en esta etapa ¡nos hace mucha falta abrazarnos y sentirnos querid@s! 

De esta manera, podemos conseguir acercarnos desde el corazón, apoyarnos, sentirnos equipo y no rivales. Y así, ya nos estamos cuidando, aunque no podamos coger espacio de pareja para ir junt@s a un spa o al cine?.

Eva Medina ?

De dónde nace mi deseo de acompañarte

? Desde que era una niña sentía una cercanía especial hacia cuidar de l@s bebés y niñ@s más pequeñ@s. Siempre fue así.
 
? Al crecer, fui comprendiendo que cuidando de ell@s, estaba cuidando de mi Niña herida. La que vivió y sufrió malos tratos y también algunos abusos. Elegí la profesión que hoy y siempre he ejercido con pasión y vocación, puse mucha energía y perseverancia para lograrlo, era una de las cosas más importantes para mí, y lo logré. Durante años trabajé en mi propia consulta acompañando a personas a descubrirse en el camino del corazón. Una parte importante de mi espacio en la consulta la ocuparon las niñas y los niños y sus familias.
 
Mi otro gran sueño de niña era crear un día mi propia familia y la soñaba con mucho amor… En ello trabajo y pongo Ia energía en mi día a día para que sea así .
 
Estos dos sueños han sido mis guías durante todos estos años.
 
? Al ser madre he vivido muchas veces la sensación de «descender a los infiernos», al tocar con heridas de mi infancia que aún no había podido llorar y acoger con el corazón. La vida me está colocando en lugares que no pensé.
 
Aunque en estos momentos mi trabajo con l@s niñ@s está pausado, sé que es sólo un descanso. En mi corazón hay una infinita gratitud y un impulso muy fuerte hacia estar a su lado. Sé que volveré a estar para ell@s porque eso es parte de lo que tengo para ofrecer al mundo.
 
Estoy comprendiendo con mi maternidad, lo importante que es que una madre esté sostenida, que no somos perfectas y que las madres intentamos darles lo mejor a nuestr@s hij@s. Por eso, ahora mi mirada está más puesta en las madres, para que puedan sentir el apoyo que les hace falta para poder dar a sus hij@s el mejor sostén emocional posible.
 
Estoy buscando y aprendiendo maneras nuevas para poder ofrecer en este momento, lo que tengo para dar, para aportar mi grano de arena en esta sociedad.
 
➡️ Si eres madre o estás en el camino de la maternidad, y ves que te haría bien estar más acompañada.
 
➡️ Si sientes que estás revuelta con tu proceso de maternaje, que tienes recuerdos dolorosos presentes y no sabes qué hacer con ellos.
 
➡️ Si tu infancia fue especialmente difícil y notas que te está pasando factura en esta etapa de tu vida.
 
➡️ Si, simplemente, deseas comenzar un proceso de autoconocimiento para poder quererte más – seas o no madre-…
 
Entonces, tal vez puedo ayudarte.
 
Eva Medina
Psicóloga Psicoterapeuta humanista integrativa

Autocuidado y Crianza

Durante la primera infancia de nuestras hijas e hijos, la madre y el padre somos sus referentes, las personas más importantes de su vida, el espejo en el que se miran… Darme cuenta de esto, ha hecho que ponga más atención que nunca en aprender a cuidar de mí.
 
Es imprescindible cuidarnos para poder cuidar de ell@s.
 
Y tú, ¿cómo estás cuidando de tí hoy? ?

Renacimiento

?RENACIMIENTO

Este fin de semana vengo de un taller de renacimiento.
Me siento profundamente agradecida con todo lo que he vivido, sentido y transitado.
 
He reflexionado sobre la experiencia del parto, la llegada al mundo. Solemos decir que es el momento más importante de la vida porque es es el que nos trae a la tierra desde el útero de nuestras madres. Y es verdad…
 
Quiero quedarme también, y transmitiros aquí, que cuando el parto no es como queremos – y sé que somos muchas las mujeres que no vivimos los partos que nos hubiera gustado-, también podemos tener segundas oportunidades, y nuestr@s hij@s también.
 
En estos tres años y casi medio desde que nació mi hijo, he tenido la oportunidad de poder abrazar el parto que tuve y que me trajo a mi hijo a mi vida, por el que me siento profundamente agradecida – aunque no fuera el que yo quería en aquel momento -. Y también acabo de volver a tener la oportunidad de vivir mi nacimiento, mi llegada al mundo, en un entorno seguro y acogedor, a la luz del fuego, que me recordaba que esta vez ya no estoy en peligro. Y esto es profundamente empoderante.
 
Renacer en una casa mágica en el bosque, en plena naturaleza, con la calidez y el acompañamiento de Jessica Entizne Miguel y todo el grupo maravilloso, ha sido una experiencia que llevaré siempre en el corazón.
 
¡No me canso de agradecer!
Gracias a la Vida
Que me ha dado tanto…?
 
Eva Medina

Naturaleza y Vida

Las hojas caen de los árboles,
y muchas veces
al caer
quedan suspendidas en el aire
Y después se posan
en alguna rama
que les amortigua el golpe.
Pueden quedarse en esa rama
durante mucho tiempo
o seguir cayendo hasta otra rama
o hasta el suelo
donde estarán acompañadas
por otras hojas.
 
Reflexión sobre la Vida,
gracias a la Naturaleza
 
Eva Medina
Psicóloga psicoterapeuta humanista integrativa
 
info@evamedinapsicoterapia.com

La chica de los ojos color miel

La chica de los ojos color miel está embarazada.

Tiene náuseas.

Ella se retuerce en un grito desesperado por ordenar y entender lo que le sucede a su cuerpo.

Y lo que le sucede es incomprensible. Es vida, es caos, es miedo al puro instinto….

Confía lo que puedas, chica de los ojos color miel. La vida se ocupa de poner orden dentro del caos.

No hay manera de poner orden con la cabeza a algo tan inmenso y misterioso como la creación de la vida.

Te acompaño

Te abrazo

Te siento

Estoy contigo

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